Es difícil conseguir un diagnóstico de uso problemático de la pornografía. ¿Por qué? Porque muchos profesionales de la salud continúan ignorando o ignorando el impacto del uso compulsivo de la pornografía. Esto es perjudicial para sus pacientes y clientes. La edición revisada de la Organización Mundial de la Salud del manual de diagnóstico, ICD-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades) se publicará a finales de este año. En él, deberíamos ver la nueva categoría diagnóstica propuesta de "trastorno de conducta sexual compulsiva". La siguiente nota de dos expertos líderes mundiales revela cuestiones importantes en torno a su clasificación. Creen que merece ser tratado como un "trastorno adictivo" en lugar de un "trastorno de control de impulsos". También diferencian la adicción al sexo (hacia las personas) de la adicción a la pornografía (la masturbación compulsiva a las pantallas). Mary Sharpe, directora ejecutiva de la Reward Foundation se ve aquí con uno de los coautores, el Dr. Mateusz Gola, en Colonia en la Conferencia Internacional sobre Adicciones al Comportamiento en abril de este año para discutir la próxima ICD-11.
Resumen
La carta de Kraus et al. (2018) publicado recientemente en Psiquiatría mundial Presenta criterios diagnósticos para conductas sexuales compulsivas (CSB). Aquí, discutimos el impacto potencial de incluir el trastorno CSB en ICD-11 para cuatro áreas: esfuerzos educativos relacionados con CSB (tanto para clínicos como para pacientes), investigación de mecanismos y subtipos subyacentes, desarrollo de marcos de tratamiento personalizados y respuesta a preguntas socialmente importantes y avanzando importantes esfuerzos de prevención y políticas efectivas. Cada una de estas cuatro áreas tiene sus propios desafíos que deben abordarse, y los describimos brevemente y los discutimos. Esperamos que esta información ayude a continuar un diálogo y proporcione un marco para avanzar en esta área.